Este apartado lo compararemos con una lucerna. Como sabes, las lucernas dan luz a millones de hormigas, pero es necesario saber (y aceptar) que si das luz serás el más visto y el más observado, y eso conlleva riesgos, porque hay muchas serpientes y gusanos que no soportan que puedas brillar de noche. Cuando te ocurra esto, sigue dando lo mejor de ti y así brillarás todavía más.

Cuanto más moleste tu luz, más brillante serás.

Cuanto más brilles, más éxito estarás alcanzando. Lo lógico sería que pudieras compartir tu luz, tu SUERTE, organizando una fiesta (pero sólo transcurridos unos meses desde el premio y la euforia, el tiempo necesario para evitar que alguna serpiente se infiltre en tu sana y feliz alegreía). Lo natural debería ser que el éxito pudiera ser compartido como un dulce. Pero ¿por qué a alguien le puede amargar tu dulce? Debes compartir tu SUERTE (dulce), pero con sumo cuidado. Si sabes con quién compartirla, serás feliz.

Si eres una persona que ha tenido SUERTE, quiere decir que algo has hecho para tenerla. Y lógicamente, eres consciente de que no todos tus seres queridos y amigos poseen esa fortuna. Por eso, no a todos ellos les gustará que compartas tu SUERTE.

La SUERTE es como una planta. Hay que saber cómo y cuando regarla para que se llene de flores (o de premios).

La SUERTE hay que regarla cada semana, porque cada semana hay Sorteo. Si juegas de forma esporádica, la planta (tu SUERTE) y su fruto también serán esporádicos. Sé insistente y fiel: ganarás y además serás feliz compartiendo tu SUERTE. No es necesario conocer personalmente a quien favoreces, sólo hace falta saber que los premios los puedes distribuir mejor tú que el gobierno del momento. Siempre encontrarás una manera de compartir. Sin ir más lejos, los beneficios de este libro, que son en principio de 8.000€, irán a parar a la Fundación de La Bruja de Oro, a la que destinaremos, además, todos los beneficios posteriores de la venta del libro. Esto y muchas cosas más son lo que (en la medida de las posibilidades de cada uno) debemos saber hacer. Lo mejor y lo más bonito es que tu puedas decidir: ´Quiero dar esto, para eso o aquello´. Y una vez que has compartido tu SUERTE (luz o dulce), te das cuenta de que has ganado dos veces; junto a tu planta ha nacido otra raíz, gratuitamente y sin esfuerzo. Gracias de corazón por contribuir comprando este libro.

Compartir la SUERTE con el lotero

Por culpa de las actitudes que lamentablemente definen a la mayoría de los humanos (los miedos, las envidias y la avaricia), muchos agraciados con la Lotería prefieren que sólo conozca su Suerte el lotero. Por lo menos en nuestro caso, personas que no sé quiénes son me han dicho: ´Gracias, este número salió premiado, mi familia ha soluicionado sus problemas económicos. Mis deudas ya son agua pasada. La casa ya está comprada y pagada´.

¿Y por qué nos lo cuentan? En nuestro caso, la confianza es un bien merecido tras veintidós años de saber silenciar lo que para otros resulta difícil. Pero también confían en nosotros porque transmitimos una alegría que en su caso no saben con quién compartir. De hecho, los que no se aguantan y comparten su ilusión (SUERTE, luz o dulce) con el vecino pueden terminar pagándolo caro (o barato): pueden descubrir que el amigo no era amigo o que el enemigo no lo era tanto.

Cómo compartir un premio

Una vez que llega la SUERTE del premio, es conveniente tener en cuenta tres consejos, que pueden seguirse en función de la cantidad ganada:

Hasta 50.000 euros: debes elegir a los amigos y a los que lo parecen y, tras una meditada selección de toda la gente a la que conoces, debes invitarlos a una cena en el lugar más original y bello, ya sea junto a los abetos o junto al mar, donde nunca se haya celebrado un bautizo y menos una boda. Organiza un baile con chicas de Kenia o Tanzania, y contrata a unos cinco o seis músicos marchosos llegados de Cuba. El final de fiesta puede ser ver la salida del sol con un Don Perignon y un vino tinto de Somontano, por poner un ejemplo. En suma, acompañarse de excelentes bebidas para generar el ambiente ideal y recordar siempre la ocasión como algo muy especial. Te recomiendo que la comida sea de la máxima calidad y que los invitados sepan qué están comiendo en cada momento. Debe decorarse la mesa y cada rincón del jardín con flores y todas deben ser del mismo color: ¡amarillo! (Por ejemplo, trae mucha SUERTE el tulipán.)

De 50.001 a 500.000 euros: en este caso, se trata de realizar una selección, durante el tiempo necesario para digerir el premio, de las personas más cercanas, y llevarlas durante diez intensos días a sentir los aromas del lujo asiático, donde no deben faltar perfumes caros, donde hay que olvidar que la vida tiene un fin, por mucho que éste sea glorioso. A estos amigos se les debe hacer vivir los momentos más increíbles, introduciéndoles en el lujo bien organizado para que tengan una expereiencia que no se asemeje a nada de lo que han vivido antes. Debes lograr que gocen con lo que no han llegado a soñar nunca. Por ejemplo, puedes hacer que los desplazamientos diarios sean en helicópteros privados de última generación, para llevarlos por encima de las cumbres, nevadas, y para llegar a rincones inéditos, asistir a actuaciones inesperadas, degustar exclusivas comidas silvestres y disfrutar de un ambiente de tranquilidad acompañado de uno de los mejores habanos, como el Salomón, y de un coñac como el 1866 de Larios. El despertar diario de tus amigos durante esos días debe ser como flotar en las nubes, al ver que todos sus sueños se enlazan entre el día y la noche. ¡Tu objetivo es el goce de los amigos!

De 500.001 a 5 millones de euros: esta cantidad incluso te va a permitir pagar cuentas pendientes, si las tienes. Quizá conserves a uno de aquellos ´amigos´ que te lo han hecho pasar muy mal en el pasado y que se ha comportado contigo como un cínico, un falso, un hipócrita, un traidor y un cobarde. Si es así, ahora e el momento de devolverle la mala jugada. Para empezar puedes invitarlo de buen rollo para no levantar sospechas. Por ejemplo, puedes organizar un viaje de tres días a Nueva York. Os desplazaréis en un jet privado, un auténtico sueño flotante en el aire equipado de manera muy lujosa. En el aeropuerto os esperará un helicóptero que os llevará directamente a un lujoso hotel situado ne el centro de Manhattan. Os alojaréis en una gran suite. Podéis disfrutar de un baño y después podéis salir a pasear en limusina por la ciooudad. La idea es que el ´amigo´ se muera de envidia. A la hora de la cena, os dirigiréis al mejor restaurante de la ciudad, y cuando os hayan traído la carta para escoger el menú, te levantarás y le dirás: ´Lo siento, este viaje ha terminado y también la cena. Tengo que salir urgentemente para atender a mis amigos de verdad. A la salida, si quieres, tienes un taxi esperándote que te conducirá hasta el aeropuerto, donde podrás coger un avión de línea regular que te llevará haciendo escala hasta Madrid´.

Tu ex amigo habrá conocido el placer como si fuera una lotería pasajera. En ese momento, se dará cuenta de la actitud que ha tenido hasta ese preciso instante. Quizás el lector esté pensando que hacerle esto a un mal amigo no está bien, pero quizás también debería considerar que, por todo aquello de lo que es capaz un berzotas de grandes calibres, ¡bien se merece una lotería fugaz! Es decir, la que se ve, pero no dura, porque ni el tiempo ni el placer quieren permanecer en su nefasto y negativo radio de acción.

Capítulo 8 del Libro ´Las 13 Claves de la Suerte´ por Xavi Gabriel